El marco histórico
La España de la segunda mitad del siglo XIX vive graves problemas sociales y fuertes tensiones políticas. En lo social, se destaca:
- el auge de la burguesía es más tardío que en otros países. Conservan mucha fuerza los sectores tradicionalistas (nobleza y clero),
- la misma burguesía liberal está dividida entre conservadores y progresistas,
- a su izquierda aparecen demócratas y republicanos, así como movimientos revolucionarios obreros: socialistas y anarquistas (el PSOE se funda en 1879).
En lo cultural, y se verá reflejado en la literatura, se asiste a enfrentamientos entre tradicionalismo y progresismo. Son lo que se llamó las dos Españas: la impresión de conjunto es la de un país que se desangra en conflictos internos, sin acertar el camino de una convivencia fructífera.
La palabra Naturalismo comenzó utilizándose como sinónima de Realismo: escuela realista y escuela naturalista sirvieron indistintamente para designar las mismas tendencias. Más tarde su sentido se restringió para referirse a una corriente iniciada por el novelista francés Émile Zola (1840-1902), eso es no solo a una tendencia literiaria (temas, técnica y estilo), sino que pretende ser una concepción del hombre y un método para estudiar y transcribir su comportamento. El Naturalismo lleva a sus últimas consecuencias la idea de que las circunstancias sociales y la herencia biológica determinan el destino de las personas. Zola, en efecto, basó sus doctrinas en ciertas teorías filosóficas y científicas de su época y aportó una serie de preocupaciones típicas del momento:
- el materialismo = el hombre no pasa de ser un organismo: su psicología es, en el fondo, fisiología. Las leyes que rigen su organismo deben explicar, según él, las reacciones anímicas. Se niega la parte espiritual del hombre: los sentimientos, los ideales, etc., son considerados productos del organismo;
- el determinismo = los comportamientos humanos están marcados por la falta de libertad, porque actúa impulsado:
- sea por el peso de la herencia biológica (uno de los grandes temas de la ciencia de la época) que le marca al individuo su destino y determina la linea de un comportamiento que él cree libre,
- sea por las circunstancias sociales (analizadas por otros pensadores de la época) que constituyen un marco férreo que restringe las opciones del hombre para orientar su vida, añadiéndose así a sus condicionamientos biológicos;
- la influencia de la ciencia experimental = al igual que un científico experimenta con sus cobayas, o que el médico contrasta sus hipótesis con el historial de sus pacientes, sostiene Zola que el novelista experimenta con sus personajes, colocándolos en determinadas situaciones y comprobando cómo sus actos se explican por la influencia de la herencia y de las circunstancias. Por supuesto, salta a la vista la diferencia que hay entre lo que el novelista pretende hacer y lo que hace el auténtico cientifico.
En buena parte esto explica:
- la temática dominante y los ambientes = en las novelas naturalistas se desfilan tarados, alcohólicos, psicópatas, seres que obedecen sin saberlo a sus impulsos hereditarios; ellos pueden pertenecer a la aristocracia, a la burguesía o a las clases inferiores, y tales diferencias muestran como la posición social matiza o agrava las tendencias naturales; estos seres que obedecen sin saberlo a sus tendencias genéticas, si bien sus reacciones difieren accidentalmente según el ambiente en que se han educado;
- la técnica = los naturalistas llevan a sus máximas consecuencias los postulados establecidos ya por la novela realista, pretenden dar el máximo rigor a los métodos de observación y documentación (es famoso el caso de Zola, que se situaba ante las puertas de una fábrica para tomar notas que luego utilizará al describir la salida de los obreros en su novela);
- el estilo = se hace más precisa la reproducción del lenguaje hablado; en este sentido los naturalistas dieron un gran paso en el estudio y aprovechamiento del habla popular, jergal, regional, etc.
Visto desde hoy, los naturalistas revelan sus puntos débiles:
- la superficialidad de sus pretensiones científicas,
- el convencionalismo de unos procedimientos,
resultan la caricatura de la verdadera experimentación científica. En fueron escritores de potente capacidad creadora, que dieron vida a una galería variadísima de vidas humanas.
¿Existe un naturalismo español?
La cuestión ha sido muy discutida. Las obras de Zola fueron conocidas pronto en España y suscitatoron apreciaciones enfrentadas. La gallega Emilia Pardo Bazán (1851-1921) fue considerada como la abanderada del Naturalismo en España, y sus artículos críticos publicados en 1882/83 forman una serie con el título general de La cuestión palpitante, proponiendo aportar toda la claridad posible en el tema. Con un gran conocimiento de causa, estudia los precedentes del Naturalismo y expone las ideas de Zola. Por un lado, alaba la fuerza creadora del novelista francés y lo defiende centra quienes lo acusan de inmoralidad: Zola -dice Bazán– nunca hace apología del mal, y se limita a ejercer el derecho del artista a mostrar las lacras humanas y sociales. Pero, por otro lado, doña Emilia rechaza el determinismo y las demás bases ideológicas de la escuela, en nombre de una concepción cristiana. Se declara, en fin, partidaria de un realismo nuestro, como fórmula más ancha y larga que la de Zola.
El mismo Zola, al tener noticia de que la escritora española era tildada de naturalista, manifestó su extrañeza de que se pudiera ser, a la vez, naturalista y católica, y, con acierto, sentenció que el naturalismo de esa señora es puramente formal, artístico y literario.
Las aclaraciones de Pardo Bazán y las palabras de Zola resuelven adecuadamente el problema del Naturalismo español. Si el Naturalismo es un sistema al que son consustanciales el materialismo, el determinismo (la herencia, etc.), apenas se dio en España. Se encontrarán ejemplos ocasionales en alguna novela de Galdós (La desheredada) y en algunas páginas de Clarín. En suma, el Naturalismo francés apenas influyó en las técnicas narrativas y descriptivas y en la presencia de ciertas realidades en la novela: el reflejo de la miseria material y moral, la conciencia de los condicionamientos sociales, la pintura de ambientes turbios y de situaciones escabrosas etc., entrarán en la obra de algunos realistas españoles.